La economía circular va más allá del esquema lineal al procurar un modo de producción distinto: cada producto debe tener múltiples ciclos de uso y producción, es decir, que el fin de un producto alimente el comienzo de otro. A diferencia de la economía lineal, la circular pretende reducir, rediseñar, reacondicionar y recuperar. Con ello se mejoraría el medio ambiente, se enfrentaría el cambio climático y se contribuiría a disminuir los residuos plásticos, pues aquí la estrategia radica en reducir tanto la entrada de los materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los “bucles” económicos de los recursos.

Este modelo económico de producción ya es una clara tendencia en el mundo, y también en la Ciudad de México es una alternativa real para luchar contra la contaminación plástica.